Aniversario Structured

La primera vez que vi el símbolo de Structured fue en la camiseta de varios chavales que bailaban enérgicamente en el mítico club Moog de Barcelona, durante la Off Week 2015. La simetría perfecta de las líneas blancas sobre el fondo negro llamó mi atención al instante. Sentí una conexión repentina con esos chavales desde el momento que pude empatizar con como sentían la música.

Ese mismo fin de semana vi esas camisetas y esos enérgicos bailes en dos lugares más, donde nos cruzamos varias miradas de “complicidad”. Finalmente, el domingo por la mañana, en un antro ya desaparecido de Hospitalet de Llobregat, esas miradas se materializaron en la primera conversación con Mario Picosso, conversación empapada de poco sueño y mucho desenfreno, pero de la que puedo recordar la primera frase: “Chicos, ¿de dónde habéis salido?”. El hecho de haber elegido los mismos eventos en un fin de semana tan repleto me hacía sentir que algo teníamos en común.

Tras esa conversación, han venido horas de música y maratones en las pistas de baile, no solo en Barcelona, también fuera de nuestras fronteras. Si pienso en Structured lo que me viene a la cabeza es la fuerza de las relaciones humanas y el poder de la música para unirlas. En cualquiera de sus eventos, siento que las fronteras no son más que una invención para separar y que las excusas para juntarse se desvanecen.

Mi cumpleaños es el 8 de Marzo. Es un día mágico, por todo lo que simboliza a nivel de igualdad de derechos, pero además coincide con el aniversario de Structured. En Marzo de 2016 lo celebre con el 1r aniversario de Structured y en 2019 volví a festejarlo, esta ocasión en el 4º.

Posteriormente realice una crónica de este evento, una de las primeras que salieron de mi horno particular. Hoy la recupero y la reelaboro, con la perspectiva que me aporta el tiempo, y la peculiar situación actual.

La noche del 8 de Marzo de 2019 empezaba en The Garage of The Bass Valley,  con un B2B de Mario Picosso y Silez, que desafortunadamente me perdí. Es lo que pasa con las celebraciones de cumpleaños, la sobremesa siempre se alarga. A pesar de que las cosas sucedieron como sucedieron y no lo cambiaría por nada, soy de esas a las que no les gusta perderse el inicio de la función. Un evento es una historia, con un principio, un desarrollo y un desenlace final. Si te pierdes el principio de la película, te pierdes parte del argumento. Llegue justita para el Set de Scalameriya, el artista principal y cabeza de cartel de la noche de aniversario.

En el primer momento, la socialización es lo que caracteriza estas reuniones. Caras sonrientes y conocidas me sumergieron en un mar de besos, abrazos y felicitaciones. Algunas de esas personas habían venido de muy lejos para la ocasión desafiando las excusas y honrando el compromiso con la familia que han elegido tener.

Tras esos momentos de calor humano, la música lo lleno todo. Pero no música cualquiera. Música de la que a mí me llena. La selección del serbio Scalameriya sonaba extraña y ruidosa, imprevisible y rota, con toques metálicos y voces que me hipnotizaron todo su set.

Sin embargo, el momento álgido de la velada llego de la mano de Irrational Language

, el cual era la primera vez que veía en acción. A menudo asisto a eventos llamada por un artista concreto, un “cabeza de cartel”, pero al final acabo conectando mucho más con aquello que me es nuevo, desconocido o de lo que no he escuchado mucho, o a veces incluso nada.

Percibí sus mezclas extremadamente refinadas. Sin perder de vista el ritmo 4×4 logro despertar esa curiosidad que se siente cuando una cosa encaja tan bien con la otra que no sabes dónde está el límite entre ambas. Con el cuerpo buscas ese límite obstinadamente, como quien está leyendo un buen libro y no puede parar hasta llegar al final. Todos aquellos a los que nos flipa esta movida lo único que queremos es vivir en ese momento para siempre.

Como guinda final, quedo grabada en mi retina una emotiva y significativa imagen, que ha pasado a ser una de las más preciadas de mi colección de recuerdos. Tres siluetas tras la mesa, a los mandos de la nave. Silez, Mario Picosso e Irrational Language, rodeados de humo, luces rojas y mucho arte, nos condujeron a un viaje astral.

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